Con frecuencia se nos advierte, y hasta nos decimos a nosotros mismos o increpamos a nuestros alumnos: “Baja de la luna, que no estás donde hay que estar”. Y es cierto; tristemente, la mayoría de las veces, aunque nuestro cuerpo se encuentra en un lugar concreto, la mente queda enganchada a las emociones, los lastres del pasado, los anhelos del futuro o las ensoñaciones de la fantasía. Sin embargo, lo único que realmente existe es “el aquí y el ahora”.
No deja de ser lamentable que aproximadamente el 70 por ciento de nuestro tiempo lo dediquemos a evadirnos del presente. ¡Claro que necesitamos planificar el futuro!; pero cuando se hace bien, esa misma proyección ya está cargada de presencia. Estar en el presente, situados como lo único importante a lo que debemos prestar toda nuestra atención, es uno de los grandes principios de la sabiduría.
Vivir con plena atención se ha convertido en un reto. Y es que “ser conscientes” sabiendo dónde nos encontramos, qué nos sucede, cómo estamos implicados y cuál es el eco de cada situación en nuestro interior, resulta esencial para experimentar unidad y coherencia, y para dar sentido a nuestros días.
Expertos del presente
Los niños viven cada acontecimiento con intensidad: son los grandes expertos del presente. Los acontecimientos del pasado ya no les importan y perciben el futuro como inalcanzable. Por eso, sus deseos están en el “aquí y el ahora”. Todos fuimos niños; sin embargo, hemos ido perdiendo esa capacidad de concentración. Nuestras vidas cargadas de prisas, preocupaciones, ansiedad y miedos nos han hecho perder ese mundo armónico que, con frecuencia, tanto añoramos.
Nuestra labor como padres y educadores debe estar encaminada a lo siguiente:
- Facilitar que nuestros chicos “se den cuenta” de las experiencias que presenta la vida en cada momento;
- Ofrecer herramientas que les permita afrontar los retos y dificultades que presenta la dispersión y la evasión del presente;
- Ser eficaces en lo que “hoy, aquí y ahora, toca hacer”.
El Mindfulness está produciendo cambios importantes en la salud física y psicológica de las personas
Si así lo hacemos estaremos posibilitando que nuestros alumnos permanezcan conectados con su propia interioridad que, sin lugar a dudas, es fuente de una dicha profunda.
Vivir con plenitud
He aquí los principios esenciales para vivir el presente con plenitud:
1.- Observar y atender a las sensaciones del cuerpo (postura, tensiones, respiración…); relajarse y regresar a lo que se está haciendo. De vez en cuando, como si se trata de un rápido escáner, detenerse y auto-observarse.
2.- Atender a los sentimientos y a la mente cuando se ha quedado “enganchada” en algo diferente a lo que estamos haciendo. En este sentido, es importante no forzar el cambio de nuestros pensamientos o emociones. Tampoco es adecuado resistir cuando nos llega una idea parásita;
3.- Realizar una sola actividad cada vez. Si se lee, leer solamente; no vale estudiar y escuchar música, comer y ver la tele… Acostumbrémonos a realizar una sola acción en cada momento.
4.- Mantener ordenado el espacio próximo. En el momento de estudiar, evitar distractores en el escritorio, manteniendo en él solo lo imprescindible; si se va a jugar al parchís, el resto de los materiales están guardados; antes de acostarse, la habitación queda recogida…
Esta es la auténtica regla de oro para llegar a convertirse en buenos guardianes del presente: “Realizar cada día una actividad con plena consciencia, sabiendo que es lo único importante que toca hacer en ese momento“.
Jesús Ángel Fernández Arrieta